martes, 13 de noviembre de 2012

El misterio del sueño en animales.


Todos seguramente más de una vez nos hayamos preguntado: ¿soñarán los animales?, ¿con que soñará mi perro, o mi gato? Es más, alguno que haya tenido algún perrito habrá podido comprobar que, cuando duermen, mueven las patitas o gruñen, como nosotros nos movemos cuando soñamos. En esta entrada trataremos un poco sobre esto, el sueño en animales.
Se sabe que todos los animales necesitan dormir, pero a diferencia de nosotros, los humanos, para ellos supone un riesgo, ya que durmiendo entran en estado indefenso frente a posibles depredadores. Por ello, muchos animales han desarrollado peculiares formas de poder descansar previniendo esa desprotección absoluta. Conocido es el caso, por ejemplo, de las jirafas, que son capaces de dormir de pie (aunque si se ven seguras también lo hacen acostadas) y solo 4-5 horas al día en intervalos de pocos minutos seguidos.

Otro caso que conocí hace más bien poco y que me pareció de lo más interesante es el de los delfines. Estos tienen otro problema más, y es que al ser mamíferos y vivir en el agua necesitan salir a flote para respirar. Sorprendentemente estos animales cuando duermen, solo "duerme" la mitad de su cerebro, mientras que el otro hemisferio permanece activo, para controlar funciones vitales como la de poder respirar, además de permitirle no navegar a la deriva. Al cabo de un rato, invierten los hemisferios para descansar con el otro.Curiosamente y como consecuencia de esto, duermen con un ojo abierto y el otro cerrado, flotando en la superficie. Además pueden dormir completamente haciendo turnos con otros delfines de su grupo, a modo de vigilancia.

Pero...¿Son capaces de soñar cuando duermen, tal y como hacemos nosotros?

Se ha podido comprobar hace pocos años que los animales sí que sueñan. Esto se ha demostrado en un experimento llevado a cabo por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), dirigido por Matthew Wilson. Dicho experimento se realizó con ratones de laboratorio, entrenándolos para recorrer un laberinto al final del cual había comida, como premio. Estudiaron y recogieron datos de la actividad cerebral (en el hipocampo) de dichos ratones durante el recorrido del laberinto y cuando dormían. Comprobaron entonces que la actividad cerebral cuando dormían recogía los mismos patrones que durante el recorrido del laberinto.   Además, registraron repeticiones de secuencias en el cortex visual, con lo que se llegaba a la conclusión de que recodaban lo que habían visto. Así se comprobó que los ratones soñaban, recordando en sueños el recorrido del laberinto. También dieron con actividad cerebral que no fueron capaces de identificar, y llegaron a la conclusión teórica de que se tratarían de otras vivencias de estos ratones.

Cada vez se conoce más sobre los animales, y con ello nos damos cuenta que no somos tan diferentes de ellos como tanta gente piensa.

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